Muy amables pinchos variados en cada consumición
el servicio muy malo llegamos a la un en punto y nos atendieron a las dos y cinco .
Al lado de la barra había un perro que preguntamos y era del sitio ,
El perro estaba sufriendo no paraba de llorar y ladrar y intentó atacar a un niño.
Las camareras estaba recogiendo las cacas del perro con una servilleta y olía fatal .
De comer pedimos una raccion de patatas y nos vinieron crudas .
Sin duda no volveremos.
A según que horas con la consumición no te ponen ni unas patatas de bolsa
Además el baño de mujeres no tiene cierre
Trato de diez. Las raciones abundantes y muy ricas. Las croquetas caseras de sepia son una locura. Repetiremos seguro.