Está bastante bien. Buena variedad de tapas como morro, oreja, rabo, zarajos... Buen trato y atención.
Bar típico y de toda la vida con buenas tapas y ambiente distendido. Todo bueno, para disfrutar de una cena o de un bocadillo sin tonterías modernas de las que sales con un puñal en la espalda.
Bar de toda la vida. Ambiente del barrio. Buena comida, en especial las tapas y los bocadillos. Precios asequibles. El problema son los camareros, pues desde que se jubiló Adolfo, ha bajado el nivel a ras de suelo (da pésima impresión estar esperando y ellos detrás de la barra, mirando el móvil).
Muy mal trato por parte de algunos camareros, raciones de plato pequeño y escasas. Bocadillos sin sustancia y sin sabor, hubo que pedir ajoaceite y no ayudó. Estaba bueno el poleo con anís, jajaa
Es un establecimiento familiar de muchos años muy bien situado con párking al lado. De toda la familia, sólo está en activo Ismael, y ya queda poco para su jubilación. Menú del día. Muchas raciones y tapas. Bocadillos grandes. Amplio espacio de mesas en el interior. Cierra festivos.